No hace tanto, allá por mediados del siglo XX, existía una organización muy bien estructurada, con apellidos italianos por lo general y con no muy buenos fines para sus adversarios. Se llamaban Familias, controlaban tanto lo legal como lo ilegal y los demás poderosos del lugar se apresuraban a aparecer públicamente con sus Dones. La Mafia.
Siempre me llamó la atención en éstas historias de gángsters los porteros de los edificios. Conscientes de que a veces es posible ver demasiado, los porteros de ciudades como Nueva York, desarrollaron un increíble sentido de visión selectiva. Sabían qué ver y qué pasar por alto. Sabían ser indolentes y estar distraídos en el momento oportuno. En su defensa diré que no aceptaban las prácticas de éstos tipos, no aceptaban los sobornos, ni el adulterio y ni hablar de la muerte. De matar. Pero sí tienen algo en común todos, y por eso mismo esa visión selectiva. Es la familia.
Ya en pleno siglo XXI, dónde todo ese tipo de corrupción nos parece tan lejano, no podríamos estar más equivocados. Hasta dónde llegará nuestra visión selectiva que vemos a gente muriendo de hambre y nosotros desperdiciamos la comida. La tiramos. He comido durante 3 días en un Buffet libre. He desayunado más calorías que un hombre de Somalia al día que estiman las autoridades en 2100 kcal. Pero por lo que vi, perfectamente podría haber estado a dieta. Hay gente que después de ingerir toda esa comida ha tenido que vomitar. Mientras tanto, en la televisión aparecen niños con vientres hinchados por el hambre. Pero no lo vemos. No vemos a gente morir de hambre después de las 3 mayores cosechas de la historia. No vemos que no sólo hay que ayudar cuándo el caso es extremo. Pero si vemos a un Don trajeado decir que si toda la población mundial comiera " lo normal" se acabarían los recursos. Si vemos que si en África pasan hambre, es porque son pobres y es lo que les ha tocado. Eso es normal. Que así sea.
Nuestros Dones modernos siguen vistiendo de traje, sin sombrero eso si, no son tan caballeros como antes. No son tan hombres. Iban por delante, te robaban y te lo decían: "Oye, que sepas que te voy a matar" Y no pasaba nada. Otro los sustituiría al frente y el ciclo sigue. Los Dones de ahora hacen nuestra visión selectiva. No nos dejan ver más allá de un rescate al primo pobre de la familia, pero que en realidad el único beneficiado será el gran Don. No veíamos más allá de unos porteros de un edificio con una religión diferente a la nuestra, hasta que resulta que en nuestro edificio, con nuestra religión, también hay porteros que matan. No vemos más allá de unos nombres de restaurantes, de unos nombres de tiendas o de unos nombres de marcas los cuáles vemos en todos lados. Recorremos cientos de kilómetros y allí están. Incluso miles. No nos preguntamos porqué están, pero nos alegramos de ello. Muchos presumen de luchar contra estos Dones, que dirigen "El capitalismo" (sonaba mejor La Mafia, pero ya no estaba bien visto) pero ahora no somos sino meros porteros de un edificio llamado Capitalismo. Antes cuando asesinaban a alguien miraban para otro lado. Ahora nos lo ponen en la tele. Y son 11 millones.
Y es que andaba yo pensando, que si la gente obedeciera las leyes no habría Mafia. Si los políticos fueran capaces de resistir la corrupción, si los banqueros y empresarios fueran insobornables la Mafia no existiría, porque sería imposible sin la colaboración de los demás. Y tu, como portero, ¿colaboras?